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REVISTA CON-CIENCIA N°1/VOL. 5: 77-85. JUNIO 2017. ISSN: 2310-0265
La condición humana como un saber necesario para pensar en un Homo complexus
The human condition as a necessary knowledge to think of a Homo complexus
GONZÁLEZ VELASCO JUAN MIGUEL1
CORRESPONDENCIA:
JUANMGV@HOTMAIL.COM, JUANMGV@TRANSCOMPLEJIDAD.ORG
FECHA DE RECEPCIÓN: 15 DE MARZO DE 2017 FECHA DE ACEPTACIÓN: 20 DE ABRIL DE 2017
Abstract
The human condition refers to the pur- pose and essence of what the words “hu- man being”, although it is often those words but no more than theoretical and practical significance. To speak of the human condi- tion is necessary to go beyond vision Homo sapiens, the man who thinks of a complex man, homo complexus immersed in cogni- tive vision, delirium, of work, poetry, prose and others who knits. The human condition in its broadest sense must be understood as an innate knowledge and practical, char- acterized and applied in all disciplines in a transdisciplinary, invoking mainly the under- standing of the levels of reality, including the third and complexity.
None of the above to be achieved with- out the application of a forgotten compo-
nent or widely applied by humans, con- sciousness, the Age of Consciousness, transcending the material itself to the spir- itual and beyond. You may emerge at all times that the human condition allows us to a global vision of life, ecologizante, tak- ing into account the systemic reason for liv- ing beings, in this vision is achievable for some but in its current sense very exhaust- ing called freedom.
Homo complexus, reality, spiritual, consciousness
Para Sartre (1998), el concepto de condición humana pasa por un indeter- minismo, que no es sinónimo de esencial o naturaleza y que incorpora una manera o estructura en la que se desenvuelve la vida humana, misma que no podemos entender a plenitud sino incorporamos al pensamiento complejo como una manera práctica del quehacer humano (Morín, 2010).
La condición humana es más que un mero concepto de identificación te- rrenal o que busca identificar funciones que cumplir en el mundo. Una de las preguntas claves que de ello resulta y que escapa a una visión de simple evo- lución biológica o genética es ¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué in- fluencia tengo entre mi ser y la naturaleza? Y Lo cierto es que ante tales in- terrogantes la palabra maestra que se incorpora es “Ecología”, por lo que ya no solo hablamos de espiritualidad sino trascendemos y ahora incorporamos ecoespiritualidad o en educación se habla de Ecoformación. Con lo anterior nos obliga a pensar no en una sola visión cognitiva de la condición humana, es decir de conocimientos de la condición humana, sino incorporarla como saber, en su más profunda significación ancestral empírica o científica.
Hablar de condición humana ubicar nuestro ser en el planeta y en el uni- verso, creer en nuestro ser común y nuestra diversidad humana, y más profun- damente en lo que nos identifica y nos une como humanos, en que condición, es decir bajo qué circunstancias nacemos, crecemos, nos reproducimos y deja- mos este mundo no solo en lo biológico sino nuestra trascendencia espiritual.
Pero, como incorporar en esta reflexión lo que significa condición huma- na sino es a partir de los operadores cognitivos de la complejidad, es decir
entretejiendo la dialogicidad, la visión de bucles, la auto-eco-organización e inclusive elementos tales como emergencia, tercer incluido, lo que quedo en el medio. Ya que si no lo hacemos estaríamos cayendo en un concepto muy objetivo, materialista y único, es decir como el entender el concepto de célu- la solo como la unidad fundamental de los seres vivos.
En la miseria del reduccionismo el concepto de condición humana nos ha llevado a comprenderla como un elemento más del concepto biológico de ente material, bajo una visión de ciclo abierto o cerrado, preciso de condicio- nes materiales y que lo limita a un ser arrojado en el mundo, que trabaja, vi- ven en medio de los demás y muere, es decir una condición humana finita y que para muchos fue conocida, vivida y para otros fue como el pasar de una sombra en el suelo, vista por algunos no percibida por otros.
La condición humana vista desde la complejidad es trascendente, emergen- te, religante, no entendida bajo una lógica clásica aristotélica, sino más bien no clásica buscando lo que quedo en el medio, o lo que esta como tercer in- cluido, es autopoyética, reflexiva y que incorpora en su esencia un alto sentido de conciencia y ecoespiritualidad tanto en su sentido teórico como práctico.
Partiremos tal y como menciona Morin, “estos deben reconocerse en su humanidad común y al mismo tiempo reconocerse en su diversidad cultural” y me atrevo a señalar en su incertidumbre planetaria. Y que el reduccionismo ha hecho que la condición humana se vuelva un rompecabezas que a lo largo de la historia de la humanidad y de la ciencia no logra unir o permite ubicar a la humanidad en el mundo y en el universo en su conjunto, creo que par- te de ello se debe en pensar hacia una visión del todo hacia la parte sin “feed back”, y es necesario integrar nuestra condición cósmica, física y terrenal a fin de lograr que nuestra visión de animalidad se entreteja a la de humanidad y permita hablar de condición humana.
Es esta visión de cambio o bucle es que subyace la condición humana y de manera afirmativa señalamos que la condición humana es invariante, es y se- guirá siendo parte de la evolución y razón de ser del ser humano, es decir el Neanderthal fue un hombre con condición humana al igual que el Homo sa- piens, y es esta la que permite unir el principio con el fin, hablar de individuo, especie, y sociedad. Por lo que el contexto del ser humano es fundamental para diferenciar los matices que la condición humana arroja en tiempo y es- pacios diversos.
Es posible hablar de inmanencia en la condición humana, ya Spinoza nos habla de este concepto cuando nos indica de ente intrínseco de un cuerpo; es inmanente toda actividad cuando en el ser perdura la acción en su interior, cuando tiene su fin en ese mismo ser. La condición humana es inmanente, na- cemos con ella en lo individual y lo colectivo, por lo que es necesario hablar de una condición humana individual y otra como humanidad en sí.
Pero hasta donde esta visión individual y de humanidad de la condición humana el ser humano a distorsionado con el avance de la ciencia, la tecno- logía, el mismo proceso histórico que lo que entendemos por condición hu- mana ya no es para otros. Que ha buscado la ciencia hasta el momento tomar de la naturaleza lo que le sirve y de ahí buscar el dominio de la misma, hacia una lucha incansable de satisfacción de necesidades que alguna vez empezó como una actividad nómada y posterior se quedo como sedentaria, no veo diferencia entre la invención de la rueda y el desarrollo de un software de úl- tima generación, ambos buscan la satisfacción de necesidades, tampoco veo diferencia entre la condición humana en diferentes épocas, la diferencia está en cómo buscamos que la condición humana se refleje en nuestras vidas y en nuestra condición social, sin lugar a duda que son diferentes y es lo que en al- gunos los aspectos religiosos, económicos, políticos o otra actividad se atri- buye la salvación de la condición humana, es por ello que en educación ha quedado tan relegada o poco aplicada, tal pareciera que a medida que avan- za la ciencia se nos olvida la condición humana, esta es una afirmación muy importante si pensamos que el mundo en que vivimos es el mejor, el más tec- nológico, el más científico, tal vez lo será pero también es el que menos con- sidera una verdadera condición humana.
Si partimos de que la condición humana tiene una característica inmanen- te, también desde la complejidad tiene otras muy importantes, una de ellas es la incorporación de la incertidumbre, de no acabado, inmersa en un océa- no de incertidumbres y un archipiélago de certezas, tal y como indica Morín, (2000) y para cual debemos estar atentos antes de que la condición humana se nos acabe de reducir o fragmentar, es un mundo muy concreto el que pon- go pero a la vez muy abstracto e incierto, y es aquí donde los seres humanos debemos estar alertas antes de que cualquier variante nos lleve a una catás- trofe humana y planetaria.
Otro componente importante es la “realidad” bajo que realidad estamos manejando a la condición humana y creo importante señalar que es un com- ponente diferenciador y camuflador de pensar y aplicar la condición humana. Según Nicolescu, (2010) la realidad es todo lo que resiste a nuestras observa- ciones, experiencias, etc. Siguiendo esto hay diversas realidades de condición humana que muchas veces en los seres humanos choca o es compatible entre ellos. La visión de contexto y las relaciones humanas son factores trascenden- tales en el alcance de condiciones humanas óptimas o aceptables.
Si bien la incertidumbre es un factor a considerar, la realidad no se que- da relegada, pero existe un tercer elemento muy importante que hace que el mundo macro y micro tal y como menciona Sotolongo, (2006) se entretejan, es decir podemos comprender la condición humana desde el mundo macro y creo que es el mundo dominante, comprender la condición humana desde el mundo micro también ha sido un reto y que va más allá de un mero valor energético o espiritual. Hay un mundo que me atrevo a indicar el más impor-
tante en tema de condición humana el mundo meso el de las complejidades, es el tercero incluido, el que entreteje el orden con el desorden y que permi- te trascender a los seres humanos y que muy pocos alcanzan a comprender en este mundo tan materializado y reduccionista (Vallejo, 2009).
Bajo estas premisas surge la Transdisciplinariedad como la que incorpora estos elementos de complejidad, niveles de realidad y tercer incluido y que la condición humana recoge como sus elementos emergentes mas importantes para diferenciar y unir lo común con lo diverso. Comprender que el Homo sapiens quedo insuficiente y es preciso ir más allá hacia un homo complexus que permita entretejer saberes y conocimientos en esta Era de la Conciencia.
Uno de los momentos más significativos para el ser humano es su coti- dianidad, como el quehacer cotidiano y donde confluyen infinidad de he- chos, circunstancias, relaciones y vivencias de la condición humana, misma que fluctúa entre el mundo macro, micro y meso y hace que el ser humano refleje su energía, su materia y su espiritualidad. Es en su vida cotidiana don- de su condición de ser humano debe demostrar su existir, su razón de ser en el mundo y en el universo, el elemento que lo distingue como único y como diverso, donde los bucles vinculados a la razón, al sentimiento, al pensamien- to, a su creatividad, a su grandeza interior y exterior se entremezclan para ha- cer de los seres humanos complexus.
Sin lugar a duda que hablar de condición humana en su naturaleza más simple también involucra hablar de valores y de lo que significa el valor de la vida, de la búsqueda de la libertad, del respeto del otro y de sí mismo, de la búsqueda de la espiritualidad, de la vinculación del ser con su conciencia, y que en muchos casos parte de una visión individual a una conciencia social y mucho más amplia la conciencia planetaria.
Enseñar la condición humana es un saber muy necesario para atrapar lo que el reduccionismo ha ido dejando suelto y que junto a otros saberes per- mite la visión integral del ser humano. La condición humana en su expresión más amplia permite el acercamiento a la libertad del sujeto, esa libertad que muchas veces creemos alcanzarla pero que en la práctica estamos muy lejos de tenerla (From, 1987), esto permite reflexionar como el ser humano nece- sita de la aplicación de su conciencia para comprender más su condición hu- mana, que lo posesione, le permita ubicarse en cuerpo, alma y espíritu de su estructura sistémica de condición humana (González, 2006, 2008 y 2010)
Es prudente acercarse desde esa vida cotidiana, del entender complejo y transdisciplinar cual es el significado de condición humana, misma que se articu- la bajo varios elementos entretejidos, más allá de una simple significación de ser humano terrenal, es decir, como momentos entretejidos inciertos, emergentes, entretejidos que la cotidianidad, su unicidad y diversidad permite ubicarse pla- netariamente y ecológicamente relacionarse en su ser y con su medio ambiente.
También dentro de este acercamiento es necesario afirmar que para con- siderar una certera condición humana, en su sentido más amplio evolutivo debemos trascender de un homo sapiens, sapiens a un homo complexus, in- merso en sus bucles, entretejido, que pasa de su visión netamente racional hacia un demens, delirante, fabers, a prosaico y poético, es increíble que en esa diversidad y unicidad este la condición humana, que no puede ser vis- ta desde un solo lente o mirada homo, sino que transita y es indeterminada (Anguera, 2007). No es posible pensar en una caja llena de conceptos sobre que es condición humana, ni tampoco preparar en la universidad sujetos con mucha información y con poca aplicación de lo que significa la condición hu- mana, es más fácil pensar en una caja vacía donde el sujeto en esa condición humana elástica se adecue a su contexto, circunstancias, momentos y que en algún momento esta caja se llena y en otro se vacía o esta medio llena, no es un proceso de completar la condición humana sino de completitud.
La destrucción del planeta por el ser humano es un hecho muy vinculado y lineal al proceso de satisfacción de necesidades, es decir para satisfacer sus necesidades algo tenemos que arrancar al planeta o dañar para ello, esto es muy triste en lo material, en la continuidad de los recursos naturales para la vida, mencionamos esto no como un lamento del ser humano sino como una reflexión de lo que hacemos y dejamos de hacer por nuestro planeta, sin te- ner en cuenta un alto sentido de conciencia de lo que como seres humanos hacemos en nuestro hogar y que muchas veces parte de esto que discutimos la condición humana, es un hacer y hacer sobre la condición humana que esta queda relegada a un segundo o tercer plano.
Enseñar la condición humana debe ser una necesidad y reflexión para toda institución educativa de cualquier nivel, contexto, raza, continente u otra consideración, es también claro que la condición humana no tiene una disciplina única de responsabilidad, por lo que no es propio ni de la Psicolo- gía o Sociología por ejemplo, sino de todas las disciplinas, vistas desde luego desde una visión transdisciplinar, donde cada una de ellas aporta a la com- prensión de la condición humana.
También es necesario mencionar que la condición humana no solo se en- seña en la escuela, sino en la vida misma que es donde de manera cotidiana se desenvuelve el ser humano, se relaciona, cumple su ciclo vital, se entreteje, se enriquece como sujeto, la condición humana es inmanente al ser humano, por lo que mucho hacen las relaciones humanas.
Finalmente, con estas reflexiones es casi nulo pensar en una condición humana bajo estas condiciones, en una visión reduccionista, disyuntiva, para ello la principal herramienta que permite tener latente y enriquecida nuestra condición humana es aplicar el pensamiento complejo, que une y desune el principio con el fin, vincula el orden con el desorden y hace ver inacabado lo terminado y esto es la condición humana.
sobre la educación. 284 Morin, E. (2000). La mente bien ordenada.
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